Cuando viajo con ciertas personas me suele pasar que me siento igual que si estuviese completamente sola. Y es una sensación increíble, sentir que mis compañeros de viaje son una parte de mi, saber que voy a dormir, comer, charlar e incluso a veces ir al baño con ellos durante varios días, sin necesidad de escapatoria. Y yo me siento afortunada de tener unos amigos como los que tengo, todos tan solipsistas, que mientras nosotros seamos reales, el mundo puede caerse a pedacitos.
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