Nunca antes me había planteado cómo montar una exposición, sin embargo ahora que he montado junto a mis compañeros un par de ellas, tengo dos cosas muy claras, en primer lugar que mis exposiciones futuras las voy a montar yo, y en segundo lugar que no podré hacerlo sola. Porque no es lo mismo montar una exposición con copias propias que con las de desconocidos, y no es que por el hecho de que no sean tuyas las vayas a tratar peor, pero sí es cierto que no se pone el mismo entusiasmo e interés. No cuentas con el factor de la ilusión.
La semana pasada inauguramos una exposición todos los alumnos de la Escuela de Arte de Murcia, en colaboración con el Archivo Regional, que básicamente nos dejó sus paredes para que colocáramos nuestras obras en ellas.
Aunque es una tarea bastante costosa, tanto mental como física, el montar una exposición fotográfica es un trabajo que yo considero necesario, pues ves las obras de otra manera, las catalogas de otra forma, y las analizas con una visión diferente a con la que sueles mirarlas.
También es imprescindible la ayuda, ya no solo a la hora de sujetar la fotografía mientras tú das martillazos, sino a la hora de dar su opinión, de poder debatir el lugar y la posición de cada pieza en los límites de una habitación cerrada.
Compartir los momentos es lo que hace que éstos sean importantes, aunque sean pocos y no duren mucho.
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